Uso de aceros rápidos
El acero rápido se caracteriza por su gran dureza, resistencia al desgaste, resistencia al calor y buena tenacidad. Estas propiedades lo hacen especialmente adecuado para herramientas que trabajan en condiciones extremas, como brocas, fresas, machos y escariadores. El acero rápido permite que estas herramientas corten con precisión y eficacia a altas velocidades, manteniendo su filo durante largos periodos de tiempo.
Las extraordinarias propiedades del acero rápido se deben a su composición química específica. Contiene una combinación de elementos de aleación como tungsteno, molibdeno, vanadio y cobalto, que mejoran su dureza, resistencia al desgaste y resistencia al calor. Estos elementos de aleación también contribuyen a la formación de carburos, responsables de la dureza del acero.
Para conseguir las propiedades finales, el acero rápido se somete a un proceso especializado de tratamiento térmico conocido como temple y revenido. Este proceso confiere al acero dureza y resistencia al desgaste, al tiempo que aumenta su tenacidad.
Otra ventaja del acero rápido es su versatilidad. Se puede utilizar para una gran variedad de aplicaciones, tanto en el mecanizado de metales como en el procesamiento de materiales no metálicos, como plásticos y madera.
Debido a su gran dureza, el acero rápido es más difícil de mecanizar y requiere herramientas y maquinaria especiales.
En general, el acero rápido es un material indispensable en la industria de herramientas, empleado en diversas aplicaciones debido a su gran dureza, resistencia al desgaste, resistencia al calor y tenacidad. Gracias a su capacidad para cortar con precisión a altas velocidades y mantener el filo durante periodos prolongados, el acero rápido es un componente crucial de muchas herramientas de alto rendimiento.