La nitruración como método para mejorar las propiedades de la superficie de los componentes, particularmente en cuanto a dureza, resistencia al desgaste y resistencia a la fatiga.
La nitruración es un proceso termoquímico importante en el que se incorpora nitrógeno en la capa exterior de una pieza de trabajo. La nitrocarburación implica la incorporación de nitrógeno y carbono. El nitrógeno, que no es muy soluble en la solución sólida ferrítica, se precipita como un nitruro, creando una capa de nitruro cerrada. Esto es seguido por una zona de difusión, que endurece la matriz de acero. La temperatura para la nitruración suele estar entre 350 °C y 590 °C para permitir la difusión del nitrógeno. La capa de nitruración puede tener hasta 500 μm de grosor y valores de dureza de > 1000 HV. Dado que no hay cambio de volumen, el riesgo de distorsión es bajo. Se utiliza acero nitrurado según DIN EN 10085:2001-07 para tales procesos.
El nitrógeno se transfiere por adsorción, absorción y difusión. La capa compuesta exterior exhibe porosidad, mientras que la capa de difusión aumenta la fuerza y la resistencia al desgaste. La variación de las condiciones y la selección del material influyen en la estructura de la capa. La transición de la capa de difusión a la dureza del núcleo es suave.
La temperatura de templado durante bonificado influye en el aumento de dureza y resistencia al temple. Elementos de aleación como el cromo, el aluminio, el molibdeno y el vanadio influyen en la dureza superficial. Los aceros que contienen aluminio tienden a formar óxidos, lo que puede dificultar la difusión del nitrógeno.
La calidad de la capa nitrurada depende de la estructura básica homogénea y de grano fino. Una condición templada suele ser mejor que una normalizada. Contenidos de aleación más altos aumentan la dureza superficial y las tensiones residuales de compresión, pero obstaculizan la difusión de nitrógeno y la dureza alcanzable.